jueves, 4 de julio de 2024

CARLOTA - EL INJUSTO DOLOR DE UNA MUJER INCOMPRENDIDA

CARLOTA

EL INJUSTO DOLOR DE UNA MUJER INCOMPRENDIDA


El pasado Sábado 22 de Junio acudimos a ver la obra "Carlota", en el Castillo de Chapultepec.

POR YANNINE POBLETTE

Muchas veces me he preguntado qué pasaría si pudiéramos conversar con personajes históricos, si pudiéramos escuchar de viva voz sus dolencias, pensamientos o justificaciones ¿Se imaginan conocer otras versiones sobre los personajes que tanto se han empeñado en hacernos ver como los “villanos”? ¿Qué pasaría si alguna vez pudiéramos escucharles? ¿Los sentiríamos más nuestros? ¿Más humanos?

Tenemos que tener claro que la historia al final, no tiene la verdad absoluta. Siempre depende de la voz y pluma de los que la cuentan, que en su mayoría, tiende a estar a favor de los vencedores. Sin entrar en controversias sobre quién era Carlota o qué representa para los mexicanos, sí valdría la pena escucharla o por lo menos, la versión que durante Julio nos ofrece Alejandra Chacón con su espléndida actuación y quien gracias a su talento, junto con el maravilloso trabajo en equipo con La Infinita Compañía, nos permite no solamente ver una interpretación de Carlota, si no vivirla, sentirla y hasta empatizar con ella por su dolor. 

Alejandra con su monólogo, realmente me hizo sentir que estaba escuchando a nuestra segunda Emperatriz, porque justamente así es cómo me la imagino e incluso, he de confesar, que hubo algún momento donde mi atención estaba tan en ella que me sentí como si estuviera con una amiga ¡Qué belleza escucharla! que nos platicara cómo fue su llegada México, su historia y su gran amor a Max, pero sin duda, de lo que más disfruté fue del imaginario que nos regaló: al estar frente a ella pude ver no sólo el escenario montado en el espectacular Castillo de Chapultepec y la belleza de la Ciudad de México -que sólo se puede apreciar desde ahí- sino que también mientras ella seguía con su interpretación, disfruté las imágenes de un México antiguo que ahora sólo podemos imaginar, con lagos en vez de avenidas y líderes que en serio buscaban el bien social. 

Hay fuentes que infieren que realmente no fue Maximiliano de Habsburgo sino Carlota, quien tomaba decisiones y velaba por nuestro país, convirtiéndola así no sólo en la esposa de nuestro Emperador, sino más valioso y triste aún, en nuestra primera gobernadora mujer en la historia de nuestro país y que nadie recuerda.

Personalmente, no me sorprendería que esto fuera verdad, pues según mucha literatura, ella nunca fue criada para ser una reina consorte, sino que su padre siempre tuvo interés en educarla con la estricta firmeza con la que se educaba a un varón próximo a ser rey, sin duda algo nada común entre las mujeres de su época. Así que ¿Por qué sólo recordarla como la esposa de Max que se volvió “loca”? ¿Por qué esto es lo destacable de ella, cuando deberíamos honrar y agradecer que junto con el Emperador hicieron cambios que hasta nuestros días disfrutamos y que ahora, sólo son condiciones de maltrato que afortunadamente ya son inimaginables para la mayoría en México? pues entre muchas cosas, erradicaron el trabajo infantil, promulgaron la abolición de castigos corporales y establecieron limites a las abusivas jornadas de trabajo.

Siempre he estado convencida de que las decisiones que tomamos por más acertadas o equivocadas que sean, siempre están sujetas a nuestra interpretación y hacemos lo “mejor” que consideramos en el momento, por lo que me atrevo a citar a un gran escritor mexicano, Antonio Fuentes Catón, quien siempre ha insistido que en la historia no hay ni “buenos”, ni “malos” sino humanos, sujetos a nuestra propia condición.

No importa la postura que tengan o incluso si el tema no les inspira curiosidad, no se dejen llevar por mis pasiones a este personaje, pero por favor háganme caso, cuando les digo que la experiencia misma de visitar el Castillo de Chapultepec de noche, caminar por sus preciosas escaleras, ver los monumentales murales, disfrutar del fresco aroma del bosque que le rodea y de la experiencia completa con música en vivo, es mucho más que un pretexto para ir y aprovechar para ver Carlota y así quizás, poder conocerla y reconocerla a través de esta presentación inspirada en sus cartas. 


CARLOTA
EL INJUSTO DOLOR DE UNA MUJER INCOMPRENDIDA

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